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La capacidad de discernir de la cual poco se habla

Discernir no es una palabra habitual en nuestro lenguaje coloquial, no está presente en el aula, en los medios, en las relaciones humanas. Sin embargo, discernir es aquello que nos hace humanos en su sentido más estricto y nos permite tener una visión y una percepción más amplia de los acontecimientos.

Lejos de ser un término técnico, filosófico, exclusivo, debería ser un concepto común en nuestro día a día.

Discernir es la capacidad que desarrollamos las personas para diferenciar aquello que parece ser una verdad absoluta o casi absoluta de su verdadera naturaleza. Hummm… suena como a metafísica, pero no!, no lo es.

Es más bien una especie de sentido para atravesar aquello que tenemos delante con otra mirada, una mirada que disecciona, que desmenuza, para descubrir y captar su esencia y las opciones que tenemos.

Con un ejemplo: Frente a la vorágine de información relativa a la actual situación, discernir es esencial para no caer en rápidas conclusiones que tal vez no sean falsas (o no del todo) pero que no contemplan la totalidad, la complejidad, el trasfondo u otras posibilidades.

Discernir es algo así como dejar de creer en verdades absolutas. Es desgranar lo que se presenta, es también una visión profunda (Vipassana) necesaria para atender a las circunstancias de manera más inteligente cognitiva y emocionalmente.

 

El discernimiento es una habilidad que se desarrolla

Personalmente, he visto desarrollarse mi capacidad de discernimiento con la práctica de meditación, en concreto, de meditación Vipassana. No puedo decir que haya sido de otro modo, ni pensando mucho, ni analizando, ni dando vueltas a un asunto, por eso lo comparo con un sentido más, igual que la intuición, un sentido al abasto para cribar que aporta lucidez y una comprensión mayor.

Cierto, no siempre funciono en modo discerniente y en no pocas ocasiones lo hago en modo automático, ese con el que venimos al mundo y que sirve para responder y reaccionar rápido sin contemplar más, o lo que es lo mismo, con esa estrategia de supervivencia para hacer frente a posibles peligros y amenazas aún y cuando la situación no represente peligro alguno.

Pienso que esa poca capacidad de ver más allá viene también reforzada por el estilo de vida “abre fácil”, “consíguelo ya”, narcotización a base de estímulos sensoriales, pereza, desidia.

Discernir es como disponer de unos anteojos o un telescopio o incluso un microscopio, para ver más allá, con detalle, y creo que es una cualidad absolutamente necesaria para la toma de decisiones, en las interrelaciones, en la gestión de las propias experiencias.

No es algo que se instale de ahora para el siguiente minuto, requiere cultivo, entrenamiento, pero desarrollarlo es un recurso altamente gratificante sin el cual la vida pierde significado.

Incluso conocer nuestra verdadera naturaleza requiere de esa capacidad, entonces a por ella!

 

Mª Rosa Parés Giralt

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